El Colegio Diocesano ha celebrado el mes de mayo, dedicado a nuestra querida Virgen María, con una serie de actividades llenas de fe, alegría y participación de todos nuestros alumnos y profesores. Ha sido un mes especial, donde cada rincón del colegio se ha llenado del espíritu mariano y de hermosos recuerdos que nuestros alumnos guardarán para su futuro.
El mes comenzó con una actividad creativa de los alumnos, donde los pasillos se llenaron de mariposas de colores junto a la imagen de María, recordándonos la belleza de la creación y la protección amorosa de la Virgen. Además, en Primaria comenzaron las oraciones de los jueves en el patio, tradición ya desde hace muchos años en nuestro colegio, donde la talla de la Virgen de Fátima luce con todo su esplendor. La oración de los jueves se torna especial por ser un momento único de reflexión y unión entre toda la Primaria, donde tenemos la oportunidad de expresar y cantar al aire libre junto a nuestro coro y elevar al cielo nuestras peticiones con esperanza y fe.
Sin embargo, si hay algo importante de nuestra madre, la Virgen, es que une a nuestra Iglesia, por sabernos todos hijos suyos. En ese espíritu de unidad, un momento destacado del mes, ha sido la creación de un manto de flores entre todo el colegio, que fue una muestra de unión y belleza.
Cada curso ha contribuido con una tira de flores hechas de papel, y juntos hemos formado un manto multicolor que ofrecimos a la Virgen. Esta actividad simbolizó nuestra unidad y devoción, y el manto de flores se convirtió en un símbolo de nuestro amor colectivo hacia María visible a la entrada del colegio.
Las flores a María no terminaron ahí, sino que, además, nuestros niños de Primaria celebraron este jueves pasado una ofrenda floral en el patio. Cada clase de Primaria preparó con su ramo de flores, y juntos, en una ceremonia sencilla, pero muy alegre, ofrecimos nuestras flores a la Virgen. Las violetas, margaritas, rosas, claveles y amapolas adornaron a María, simbolizando nuestro amor y gratitud hacia nuestra Madre celestial.
Para finalizar el mes, una de las actividades más divertidas ha sido el photocall con María: "Capturando momentos de felicidad". Los niños y profesores se hicieron fotos junto a la imagen, creando recuerdos entrañables que reflejan todo este mes de oración.
La participación de todos los alumnos y profesores del Colegio Diocesano ha hecho de este mes de mayo un tiempo inolvidable. Hemos compartido momentos de oración, diversión y aprendizaje, fortaleciendo nuestra fe y comunidad.
Agradecemos a todos su entusiasmo y dedicación, y sobre todo, agradecemos a la Virgen María por su constante amor y protección. Que su manto nos siga cubriendo y guiando en nuestro camino.
¡Viva María! ¡Y viva el Colegio Diocesano!