Este domingo estamos llamados a la entrega, a renunciar a nosotros mismos para dar vida, para ganar la vida eterna.
¿Dónde me pide Dios que me entregue más?
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.