Estamos en tiempo de Cuaresma, tiempo en el que nos paramos a revisar nuestro corazón, despojarnos de lo superficial y descubrir lo esencial de nuestra fe.
Son 40 días de camino hacia la Pascua, y durante este trayecto necesitaremos estar pendientes de las señales que nos marca la Palabra de Dios. Durante este viaje se nos propone una conversión, enderezar lo torcido de nuestras vidas, reconducir y reformar el corazón. El trayecto está marcado: intensificar la oración, las obras de caridad y limosna, y tomar conciencia de nuestra debilidad mediante el ayuno y abstinencia.
Cada semana iremos haciendo escala en distintos lugares de nuestro ser, prestando especial atención a las señales que la Palabra de Dios nos ofrece. En este viaje se nos pide no llevar equipaje que nos cargue, poner el GPS de nuestro corazón en modo ESCUCHA para nuestra conversión y renovar la alegría cada día.